Por:
Roberto ESCAMILLA PÉREZ.
En desagravio a
la Constitución de la República.
Al
culpar a “la rigidez del régimen constitucional” de la, según él, mala
situación de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Peña Nieto miente y comete un
imperdonable agravio contra la Constitución de la República.
Además,
con ello pretende ocultar que los únicos y verdaderos responsables de la situación
de PEMEX, del país y del pueblo mexicano, son quienes nos han gobernado durante
los últimos 30 años al aplicar fielmente las políticas económicas neoliberales
que impulsan e imponen instituciones financieras del imperialismo
norteamericano, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial
(BM).
A
la Constitución de lo único que se le podría “culpar” es de mantener la paz
social gracias a que perduran algunos de los más grandes logros que trajo
consigo, junto con la Revolución Mexicana iniciada en 1910, como la Seguridad
Social, la educación pública gratuita y empresas como PEMEX, pilar de la
economía mexicana, a pesar del virus neoliberal que las carcome incesantemente
desde hace tres décadas.
La importancia
del petróleo
El
petróleo es un recurso no renovable e imprescindible en la sociedad actual, sin
el cual ésta sería inconcebible, al menos como la conocemos actualmente, con
todos sus avances económicos, científicos y tecnológicos, aun cuando los mismos
no beneficien a la mayoría de los habitantes del planeta, sino a una minoría
escandalosamente enriquecida.
Aparte,
el petróleo, por su importancia en la vida actual, es y ha sido motivo de
presiones políticas, guerras, intervenciones y agresiones armadas por parte de
gobiernos de países desarrollados en contra de un sinnúmero de países que poseen
este preciado recurso en sus territorios.
Asimismo,
el petróleo es un enorme negocio que en manos de particulares ha generado
algunas de las mayores fortunas en la historia y los más grandes monopolios,
principalmente en los Estados Unidos de Norteamérica, lo que les permite
influir de manera determinante en la política guerrerista del gobierno de ese
país.
Preguntas
obligadas
De
acuerdo a lo anterior, surgen inevitablemente dos preguntas. Si el petróleo es
tan importante para el mundo y para cualquier país, y constituye un fácil y muy
redituable negocio: ¿Por qué Petróleos Mexicanos (PEMEX) se continúa
desmantelando, privatizando y entregando en bandeja de plata a los monopolios
trasnacionales, y Peña Nieto propone una iniciativa de Reforma Energética para
acelerar este proceso antipatriota? ¿Tiene PEMEX problemas financieros como el
mismo gobierno asegura?
La iniciativa
reaccionaria de Peña Nieto
El
discurso de presentación de la iniciativa de Reforma Energética de Peña Nieto
va de lo absurdo a la mentira, y termina en la manipulación. Asegura que su propuesta
no es privatizadora; que transformará y elevará la calidad de vida de los
mexicanos; que las reformas a los artículos 27 y 28 constitucionales confirman
la propiedad de la nación sobre el petróleo; que hará crecer la economía,
creará miles de empleos, y que bajará los precios de la luz, del gas y de los
fertilizantes, con lo que se beneficiará el campo mexicano y aumentará la
producción a mejores precios; que restituirá las reservas petroleras más allá del 100% y aumentará la
producción de petróleo y gas, etcétera.
Por otra
parte, compara su iniciativa con la expropiación petrolera realizada por el
general Lázaro Cárdenas el 18 de marzo de 1938, pues asegura que “retoma
palabra por palabra el texto el artículo 27 constitucional del presidente Lázaro
Cárdenas, eso permitirá al Gobierno de la República celebrar contratos de
utilidad compartida con el sector privado cuando así convenga al interés
nacional”.
Compara
la situación de la industria petrolera mexicana nacionalizada con la de otros
países al señalar que en años recientes “Canadá y Estados Unidos se
convirtieron ya en potencias energéticas. Nuestro sector energético, en cambio,
dada la rigidez del régimen
constitucional, perdió dinamismo y, más grave aún, competitividad”.
Presume
que “la Universidad Nacional Autónoma de México e Instituto Politécnico
Nacional, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el propio Instituto
Mexicano del Petróleo, las demás instituciones de investigación y de educación
superior del país así como los empresarios nacionales tendrán una
responsabilidad fundamental en el renacimiento de la industria petrolera y de
toda la industria nacional.”
Por
último promete que se fortalecerá a la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
aunque de manera contradictoria anuncia que se permitirá a los particulares
invertir en la generación de energía eléctrica, que aunque admite que ya
producen un tercio de la misma, no pueden comercializarla a la población en
general, pero que con la reforma del artículo 27 se les permitirá, lo que
disminuirá su costo para los usuarios de acuerdo a la ley de la oferta y la
demanda.
La mentira
Por
31 años, los neoliberales priistas y panistas han prometido las mismas cosas
que Peña Nieto: bajar precios, crear empleos, fortalecer nuestra economía y no
privatizar, esgrimiendo tesis como las de “crear la riqueza para después
repartirla” o “vender bienes para remediar males”, como hoy lo hacen con lo de
las “reformas estructurales”.
Sin
embargo, los efectos de sus políticas económicas han sido totalmente contrarios:
mayor pobreza y miseria, quiebra de miles de pequeñas y medianas empresas
mexicanas, pérdida de millones de empleos y del 80 por ciento del poder
adquisitivo del salario, miseria en el campo, la privatización de la tierra y
de miles de empresas estatales, una mayor dependencia de nuestra economía
respecto a la norteamericana, además de aumento del crimen organizado, del
narcotráfico, de la inseguridad pública y de la violencia a grados antes
inconcebibles.
Del agravio a lo
absurdo
Peña
difama y culpa a la Constitución de la República, a la “rigidez del régimen
constitucional”, de la mala situación de PEMEX, y cae en lo absurdo al comparar
su gobierno con el de Lázaro Cárdenas, y a nuestro país con los Estados Unidos
en cuanto a que éste es una “potencia energética”.
Lo
absurdo de estas comparaciones consiste en que, en primer lugar, el de Cárdenas
fue un gobierno revolucionario y, por tanto, al proponer reformas o cambios
constitucionales fueron con los propósitos de fortalecer nuestra independencia
económica y política, elevar el nivel de vida del pueblo y ampliar nuestro
régimen democrático; en cambio, el de Peña Nieto es un gobierno neoliberal,
reaccionario, de ultraderecha, y los cambios constitucionales y contrarreformas
que propone tienen el objetivo de beneficiar a los monopolios norteamericanos,
no al pueblo mexicano.
Así,
retomar “palabra
por palabra el texto el artículo 27 constitucional del presidente Lázaro
Cárdenas”, en las circunstancias y contexto actuales sólo constituye una sucia
maniobra del gobierno de Peña Nieto para justificar la entrega del petróleo a
los monopolios trasnacionales.
Claro, seguramente
el imperialismo norteamericano es una “potencia energética”, pero el petróleo
en ese país es propiedad de monopolios como la ExxonMobil, la Chevron y la Standard
Oil, y no está en manos del pueblo norteamericano; además, gran parte de este
recurso lo han obtenido mediante guerras de rapiña en contra de países ricos en
petróleo o estratégicos para su transportación y saqueo, como Irak y la antigua
Yugoeslavia, y ahora pretenden hacer lo mismo con Siria, sin importarles para
nada los millones de vidas inocentes que se pierdan.
Irónicamente,
México le vende la mayor parte de nuestro petróleo crudo (millones de barriles
diarios) a los Estados Unidos para elevar sus reservas estratégicas: ¿Así cómo
no va a ser ese país una “potencia energética”?
Lo manipulador
Asimismo,
en su discurso pretende dar “atole con el dedo” a la UNAM, al IPN, a los
centros de investigación y a los empresarios mexicanos, asegurándoles que todos
ellos serán parte importante de esta “cuasi” revolución energética.
Es
absurdo que este señor Peña (quien ha demostrado ampliamente su falta de
cultura) pretenda manipular y engañar a quienes dirigen las máximas
instituciones de educación superior de México y a sus centros de investigación,
que constituyen un semillero de talentos desgraciadamente aún desperdiciados
gracias también a las políticas económicas neoliberales que desde hace más de
30 años vienen aplicando los gobiernos priistas y panistas.
Por
último, en el colmo de la incongruencia, afirma que fortalecerá a la CFE,
cuando a renglón seguido anuncia que dará más facilidades a la iniciativa privada
para generar y comercializar la energía eléctrica, que porque con la
competencia los recibos de luz nos vendrán más baratos. Permítanme reírme pues
parece que en Los Pinos ya legalizaron la mariguana y por eso sus habitantes
hablan de manera tan incongruente.
En
México tenemos Comercial Mexicana, Chedraui, Wal-Mart, Aurrerá, Soriana,
Liverpool, Sanborns, Sam’s Club, etcétera, es decir, muchos monopolios
comerciales extranjeros, entonces se supone que hay “competencia”, pero: ¿Acaso
eso ha hecho que bajen los precios de los productos, por lo menos de los
básicos? ¡No! Los monopolios se ponen de acuerdo para establecer sus precios
monopólicos.
La
“libre competencia” es una farsa en esta época en la que la economía es avasallada
por los monopolios privados trasnacionales, y si estos monopolios logran
dominar la comercialización de la energía eléctrica, será una tragedia más para
el pueblo mexicano.
Respuestas a las
preguntas obligadas
Entonces:
¿Por qué Petróleos Mexicanos (PEMEX) se continúa desmantelando, privatizando y
entregando en bandeja de plata a los monopolios trasnacionales, y Peña Nieto
propone una iniciativa de Reforma Energética para acelerar este proceso
antipatriota? Porque Peña Nieto pertenece a un partido de derecha, es
neoliberal, fue impuesto en la Presidencia de la República por los grandes
empresarios nacionales y los monopolios extranjeros, entonces a ellos sirve y
servirá fielmente durante todo su sexenio, no al pueblo mexicano.
¿Tiene
PEMEX problemas financieros? PEMEX, con todos sus problemas derivados de la
corrupción e ineptitud de sus funcionarios neoliberales, provee a nuestro país
de casi el 40 por ciento del presupuesto público nacional, que sirve para
mantener muchas instituciones sociales y administrativas, para construir
hospitales, escuelas, carreteras, y dotar de infraestructura básica a cientos
de las poblaciones más pobres del país.
PEMEX,
a pesar del sabotaje interno del que es objeto desde hace más de 30 años, es
una empresa exitosa, con trabajadores, técnicos e ingenieros altamente
capacitados. Es el pilar de la economía del país y asegura el bienestar de
millones de mexicanos. Porque es una empresa del Estado, esos son sus
propósitos fundamentales y a pesar de todo los cumple.
Si
PEMEX se privatiza, sólo se beneficiarán unos cuántos como ocurrió con
Teléfonos de México (TELMEX), que al privatizarse hizo de un solo hombre, de
Carlos Slim, la persona más rica del mundo, en un país en el que año con año
miles de niños mueren por enfermedades causadas por la desnutrición. Por eso
debemos decir: ¡La culpa no es de la Constitución, es de la reacción! ¡No a la
privatización de PEMEX ni de la CFE!
Correo
electrónico: a_babor@hotmail.com
Nota: les invito
atentamente a que busquen en este blog artículos anteriores relacionados con el
petróleo y la Reforma Energética que espero les sean de interés y utilidad, así
como a leer el libro “Nacionalizar es Descolonizar”, de Vicente Lombardo
Toledano, que trata en su totalidad de este importante tema y que pueden
obtener en la Av. Álvaro Obregón 182, colonia Roma, de la ciudad de México o
solicitándolo a la dirección de correo electrónico ppsdn2003@yahoo.com.mx
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