Por:
Roberto ESCAMILLA PÉREZ
El
pasado lunes dos de septiembre, Peña Nieto dirigió un mensaje a la Nación con
motivo de su Primer Informe de Gobierno, en cuyo acto reunió sólo a
representantes de los grupos privilegiados que se han beneficiado con la
política económica neoliberal aplicada por los gobiernos panistas y priistas en
los últimos 30 años, y a los que él considera “mexicanos”.
Peña
nos recuerda a los emperadores de Roma, quienes al hablar decían “¡Ciudadanos
romanos!”, sin embargo, se referían exclusivamente a los privilegiados: a la
clase en el poder, a los militares, a la cúpula religiosa, no a los esclavos,
ni a los negros, ni a las mujeres, ni a los artesanos, es decir, se dirigían sólo
a una minoría, a un pequeño porcentaje de la población.
Un resumen
fastidioso pero necesario
En su mensaje, Peña Nieto “celebra” lo que llama
“la pluralidad política de nuestro país” y la aprobación en la Cámara de
Diputados de la nueva Ley del Servicio Profesional Docente, que según él
asegurará “la calidad de la educación de los niños y jóvenes mexicanos”.
Alabó hasta el cansancio al
“Pacto por México”, sus “logros” y sus 95 compromisos, así como en innumerables
ocasiones a los legisladores del país, y aseguró que los partidos
políticos y el Gobierno de la República “compartimos objetivos”
Aseguró que ha logrado bajar
los delitos, destacó “la Cruzada Nacional contra el Hambre” y la
prevención de enfermedades entre millones de mexicanos que padecen la doble
condición de pobreza extrema y carencia alimentaria.
Informó de beneficios a los adultos mayores y
del Seguro de Vida para Jefas de Familia, y prometió vivienda digna.
Aseguró que la Reforma Constitucional en Materia
Educativa, promovida desde el “Pacto por México”, logrará que los niños y
jóvenes reciban una educación de mayor calidad, que les permita contar con
mejores oportunidades laborales, que el Gobierno tendrá la responsabilidad de
brindar una educación de calidad y garantizar su igualdad de acceso en todo el
país y que también ganarán los profesores.
Dijo que se han incrementado los recursos para
ciencia y tecnología; habló de la importancia de preservar la “estabilidad
macroeconómica” y presumió de que “hoy México cuenta con paz laboral para
impulsar su desarrollo”.
Habló de construir carreteras, autopistas,
ferrocarriles de carga y pasajeros, puertos y aeropuertos.
Necesitamos, dijo, de un sector energético
competitivo y eficiente, y anunció de inversiones millonarias en electricidad y
gas.
Afirmó que su Reforma Financiera pondrá al
alcance de las micro, pequeñas y medianas empresas la asesoría, capacitación,
transferencia de tecnología y financiamiento que necesitan.
Habló del desarrollo del campo, de incremento en
las cosechas y del apoyo que se le ha dado a los “campesinos”, y por supuesto destacó
la importancia de su propuesta de Reforma Energética y sus “beneficios”.
Declaró como necesaria la Reforma Hacendaria para
invertir en infraestructura, educación y seguridad social, incrementar la
competitividad de la planta productiva, fomentar la formalidad de la economía,
el federalismo, la transparencia en el ejercicio de los recursos públicos y
fortalecer a PEMEX a partir de un nuevo régimen fiscal.
Limitó una “novedosa” política exterior a cuatro
puntos: fortalecer la presencia de México en el mundo, ampliar la cooperación
internacional, promover el valor de México en el mundo, y velar nuestros intereses
en el extranjero.
Y por último, en su llamamiento, reiteró una vez
más que “los mexicanos debemos respaldar al Congreso para aprobar las Reformas
Estructurales”.
El Informe del Emperador
El de Peña fue un mensaje igual de vacío,
demagógico, tergiversador de la realidad y manipulador, que el de sus
antecesores, desde Miguel de la Madrid Hurtado hasta Calderón.
Un mensaje que al verdadero pueblo mexicano ya
no le interesa y ya no escucha, no sólo por su contenido, sino porque es un día
de trabajo (o de desempleo) como cualquier otro, en el que el pueblo tiene que
ganarse el sustento diario para no morir de hambre.
Sin embargo, fue necesario hacer ese fastidioso
resumen, en primer lugar para hacerle las cuentas a Peña y determinar lo que
según él ha invertido en su primer año de mal gobierno.
Así, sumando las cifras que da en su mensaje
resulta que dice que ha gastado en total 438 mil 900 millones de pesos, aunque
a esto debemos sumarle millonarias cantidades en muchos otros rubros que
menciona, pero en los que no precisa cifras, y muchas otras que seguramente
constan en el cuerpo de su voluminoso informe, porque dice que construirá
carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, hospitales, escuelas, etc.
Las dudas
Surge entonces una primer pregunta: ¿De dónde va
a sacar el gobierno tantos millones de pesos si privatiza lo que queda de
Petróleos Mexicanos (PEMEX), que aporta el 40 por ciento del gasto público? Ni
su pomposa propuesta de Reforma Hacendaria ya hecha pública, y en la que su Graciosa
Majestad el Emperador nos “perdonó” el IVA en alimentos y medicinas, hará que
le cuadren las cifras.
Peña presume la “pluralidad política” que existe
en el país, y alaba hasta el cansancio al llamado “Pacto por “México”, a los
diputados y senadores. ¡Claro, son neoliberales como él y le van aprobado
rápidamente cada una de las contrarreformas que ha propuesto! Son sus
“mexicanos”, a los que realmente se dirige y toma en cuenta, los que gozan de
todos los privilegios y derechos, hasta de violar la Constitución.
“Pluralidad política” en México: ¿En qué parte
del Poder Legislativo y Judicial está representada la clase trabajadora
mexicana? Las contrarreformas aprobadas demuestran que Peña y los integrantes
de dichos poderes son enemigos de los trabajadores, y están al servicio de los
monopolios trasnacionales y del gran capital nacional.
Por su parte, las declaraciones y resolutivos de
los miembros del Poder Judicial, todos son y han sido en contra de los
intereses de los trabajadores mexicanos.
Dice Peña que hay “paz laboral” en México, y
como no la va a haber, pero es parecida a la “paz de los sepulcros” del
dictador Porfirio Díaz, pues se desaparecen y desconocen a sindicatos
democráticos, se encarcela a sus líderes, todas las huelgas son declaradas
ilegales, y los más grandes sindicatos nacionales están dirigidos por elementos
comprados por el gobierno, por los monopolios y por los grandes empresarios
nacionales, y sus trabajadores son amenazados y presionados permanentemente y
de múltiples maneras.
Su Reforma Educativa es contraria a la educación
de calidad; con ella, el Estado se desentiende del mantenimiento y
acondicionamiento de los planteles escolares y le deja esa responsabilidad a
los padres de familia, maestros y directores de escuela, además atenta contra
los derechos de TODOS los maestros al fomentar la inestabilidad laboral, y
dejar a la discreción y criterio del gobierno si un maestro conserva o no su
empleo.
Por último, Peña basará la política exterior
mexicana en cuatro tristes y grises “postulados”, y se olvida de que la
Constitución de la República señala claramente los principios históricos que
deben regir una política exterior digna y soberana.
“Nerón está a punto de incendiar Roma”
La
marea de protestas aumenta cada día, a ella se suman más y más ciudadanos, y
todo tipo de organizaciones afectadas directamente por las Reformas
Estructurales neoliberales, o inconformes por las injusticias y la situación
general del país y del pueblo, constituyendo una masa cada vez más organizada y
consciente, y más difícil de contener.
Desgraciadamente,
y tratando de encender la llama, los monopolios televisivos, “intelectuales” de
la derecha y los grandes empresarios, ya prácticamente “piden ver sangre”
debido a las movilizaciones que lleva a cabo la CNTE en particular, claro,
nunca lo dirán directamente pues sus voceros utilizan para ello todo tipo de
gesticulaciones al dar este tipo de noticias o hacen uso de artilugios
lingüísticos, pero está claro que le apuestan a la represión.
Así,
“Nerón está a punto de incendiar Roma” y al grito de “Guaruras ¡llévenselos!” o
del tradicional “mátenlos en caliente”, del dictador Porfirio Díaz, se pudiera
encender la mecha de la represión y de la violencia, que sólo beneficiaría aún
más al imperialismo norteamericano porque le daría el pretexto perfecto para
una intervención armada en nuestro país, de lo cual el gobierno sería
responsable.
No
es cuento, ni estamos delirando, ni es un chiste: preguntémosles a los
iraquíes, afganos, yugoslavos, libios y ahora a los sirios, coincidentemente
ricos en petróleo la mayoría de ellos, que a pesar de estar a miles de
kilómetros de distancia, sus pueblos han sido alcanzados por la criminal e
insaciable garra imperialista.
Por
todo lo anterior, hoy más que nunca es importante fortalecer la unidad de las
fuerzas democráticas, patrióticas y progresistas, y que cada uno de los que
estamos conscientes de lo nefasto de las políticas económicas neoliberales nos
convirtamos en “agitadores profesionales”, como decía el maestro Vicente Lombardo
Toledano, para difundir por todos los medios y en todos los lugares la
necesidad del establecimiento en nuestro país de un gobierno de nuevo tipo en
el que los neoliberales no tengan cabida.
Correo
electrónico: a_babor@hotmail.com
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