jueves, 3 de abril de 2008

La Reforma del Estado desde la perspectiva neoliberal.

Por Roberto ESCAMILLA PÉREZ.

Generar riquezas para después repartirlas; el Estado obeso es inútil e infuncional; el Estado es mal administrador; vender bienes para remediar males; el Tratado de Libre Comercio (TLC) nos conducirá al primer mundo; "ciudadanizar" las instituciones y procesos electorales para lograr elecciones limpias y democráticas; la alternancia en el poder nos conducirá a la democracia, han sido algunas de las tesis que los neoliberales han logrado imponer y aplicar en México violando las leyes, reformándolas a su conveniencia y por medio de su política económica, acciones que han sido apoyadas por no pocos dirigentes de partidos políticos de origen revolucionario y democrático, y por algunos líderes obreros y campesinos que, traicionando sus principios y a su clase, sucumbieron a la corrupción de la gran burguesía nacional y de los gobiernos neoliberales.
Todas estas tesis, llevadas a la práctica en los últimos 25 años, han hecho un inmenso daño al pueblo y a nuestra nación, aumentando la miseria y el desempleo, nuestra dependencia respecto a la economía de los Estados Unidos, provocando la quiebra de cientos de pequeñas y medianas empresas mexicanas, y cerrando los cauces democráticos a la participación real de los trabajadores de la ciudad y del campo en política, así como de sus organizaciones verdaderamente representativas.

¿QUÉ ES LA REFORMA DEL ESTADO PARA LOS NEOLIBERALES?

Por eso, cuando los neoliberales, es decir, el Partido (de) Acción Nacional (PAN), el gobierno, la gran burguesía nacional, el clero político y los grupos de derecha incrustados en partidos democráticos y progresistas, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), hablan de Reforma del Estado, el pueblo debe ponerse en alerta.

Privatizar y "flexibilizar".

Para ellos, para los neoliberales, la Reforma del Estado significa privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC), la educación pública y la Seguridad Social; para ellos quiere decir, también, reformar el artículo 123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo, con el objeto de imponer la llamada "flexibilización laboral", implementar el pago por horas, y disminuir las prestaciones y derechos con los que hasta hoy cuenta la clase trabajadora.
Así, continuar privatizando y reformar las leyes laborales, son dos de las exigencias principales de las trasnacionales, del imperialismo norteamericano y de sus organismos financieros, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), para que los norteamericanos nos continúen haciendo el "favor" de invertir en nuestro país.

Asegurar las ganancias de las trasnacionales.

Cuando los neoliberales hablan de Reforma del Estado, no piensan, pues, en el pueblo de México, piensan solamente en asegurar las inversiones e incrementar las ganancias de los grandes empresarios nacionales y extranjeros, porque a esos intereses sirven.

Más impuestos.

Igualmente, cuando piensan en una Reforma Hacendaria o Fiscal, en el marco de la Reforma del Estado, significa más impuestos para el pueblo, en medicinas y alimentos, por ejemplo, y terrorismo fiscal en contra de los que menos tienen, o sea, contra los trabajadores, y pequeños y medianos comerciantes e industriales mexicanos, para que México se consolide como un paraíso fiscal para los especuladores, acaparadores y hambreadores del pueblo, para las trasnacionales y la gran burguesía nacional, que se llevan nuestros recursos, naturales y financieros, al extranjero.

Organismos y leyes electorales a modo.

Cuando los neoliberales hablan, como parte de la Reforma del Estado, de una Reforma Electoral, se refieren a mantener intocables a una institución como el Instituto Federal Electoral (IFE), a un órgano como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (el famoso Trife) y a una ley como el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), que están al servicio de la derecha, de la gran burguesía neoliberal y de su partido, el PAN, aunque tengan una careta de instituciones "imparciales", "neutrales", "apolíticas", "ciudadanas" o "democráticas", y que además han mantenido en la marginación, de manera ilegal, a las organizaciones y partidos auténticamente de izquierda, representativos de la clase trabajadora de la ciudad y el campo.

Ofrecer dádivas, no garantizar derechos.

Asimismo, cuando los neoliberales se refieren a una Reforma Social, están pensando, no en tomar medidas para asegurar y garantizar, como lo señala la Constitución, los derechos de los mexicanos al trabajo, a la salud, a una vivienda digna, a un salario digno y a una alimentación adecuada, sino en incrementar sus programas asistenciales de corte electorero, que constituyen una dádiva y una verdadera ofensa para los mexicanos que vivimos en la miseria y en la pobreza, programas que no resuelven de fondo los gravísimos problemas de nuestro pueblo.

NO MÁS MENTIRAS.

Durante estos últimos 25 años, los neoliberales ya han reformado al Estado Mexicano, transformándolo, de un Estado fuerte, interventor en la economía, promotor de nuestro desarrollo independiente, tutelar de los derechos de la clase trabajadora y defensor de nuestra soberanía nacional, en un Estado débil, enclenque, anoréxico, incapaz siquiera de controlar el precio de un producto tan básico en la dieta de los mexicanos como la tortilla, mucho menos de defender nuestra soberanía e independencia nacional, y con una política exterior completamente afín a los intereses del imperialismo norteamericano.

Las de Miguel de la Madrid.

Miguel de la Madrid nos dijo que primero había que crear las riquezas para después repartirlas, pero riquezas las hay, las hubo siempre, pero hoy se reparten de manera mucho más injusta, mucho más inequitativamente que antes: hoy, unas cuantas familias se quedan con la mayor parte de las riquezas que producimos los mexicanos, mientras que más de 85 millones de compatriotas vivimos en la pobreza.

Las del PAN.

El PAN y Salinas nos dijeron que un "Estado obeso" era incapaz de servir al pueblo y a la nación, que el Estado es mal administrador y que había que vender bienes para remediar males.
Hoy tenemos un Estado enclenque, se mal vendieron la inmensa mayoría de nuestros bienes, es decir, de las empresas estatales, como Telmex, ferrocarriles, puertos aeropuertos, líneas aéreas, la industria del acero, la minera, la azucarera, bancos, carreteras, petroquímicas, etc., y tenemos un Estado que en lugar de velar por los intereses del pueblo y de la nación, defiende los de los más privilegiados, y los males no se han remediado, por lo contrario, la miseria, el desempleo, las enfermedades, la violencia, el narcotráfico, la desnutrición, la carencia de vivienda y de servicios básicos, se han agravado como nunca antes.
Además, los nuevos y "buenos" administradores hicieron quebrar los bancos, los ingenios azucareros y las carreteras, implementando el Estado neoliberal los llamados "rescates", heredándonos la criminal y multimillonaria deuda del Fobaproa-IPAB, y quedando finalmente los bancos en manos de extranjeros, todo sin ningún beneficio para los mexicanos.

Las de Salinas.

Salinas nos prometió que el Tratado de Libre Comercio (TLC) nos conduciría al "primer mundo", pero nos fuimos hasta la cola del "tercero", pues ni se generaron empleos, ni creció la industria nacional, ni vivimos mejor, ni somos más competitivos, al contrario, hoy somos más dependientes de la economía norteamericana, más subdesarrollados y más pobres entre los pobres.

Las de "Los cuatro fantásticos".

"Los cuatro fantásticos", es decir, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, nos aseguraron que la "ciudadanización" de los procesos y de los organismos electorales nos conduciría a la democracia. Que ciudadanos "imparciales", "puros", "apolíticos", "sin ideología", "neutrales", casi "ángeles", organizarían las elecciones, y que éstas serían "libres" y "democráticas".
Pero estos "ángeles" resultaron discípulos de Luzbel, pues lo único que han logrado es llevar al poder a la derecha y mantenerla ahí gracias al fraude más grande de los últimos años, el que se perpetró contra el pueblo mexicano en el 2006 y que llevó al panista Calderón Hinojosa a la Presidencia de la República.
Además, el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (el famoso Trife), se han dedicado a intervenir descaradamente en la vida interna de los partidos políticos, principalmente de los democráticos y de izquierda, al más puro estilo fascista, tratándoles de imponer su muy particular punto de vista de lo que es la democracia, agrediéndolos sistemáticamente.

Las de Calderón.

Hoy Calderón nos dice que con su "Proyecto México 20-30" nuestros problemas se resolverán en 30 años, pero que es necesaria la Reforma del Estado para lograrlo, específicamente las reformas energética y laboral.
Asimismo, con todo cinismo anunció ya el inicio de un nuevo "rescate carretero", pues otra vez privatizará las carreteras saneadas por el Estado con dinero del pueblo, que habían quebrado en manos privadas, para iniciar así nuevamente el círculo vicioso y perverso de privatizar-estatizar-sanear y privatizar nuevamente, claro, vendiendo barato y comprando caro, todo con el dinero del pueblo y bajo el principio neoliberal-salinista de "vender bienes para remediar males".
Así, son sólo las mismas trampas y mentiras que venimos escuchando desde hace 25 años y que el pueblo ya no cree, por lo que las rechazará cuando llegue el momento y propondrá una Reforma del Estado de carácter progresista a través de todos los medios a su alcance y en todos los foros posibles. a_babor@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Transcribo a usted un cartón:

¿Neoliberalismo? ¿Cuál neoliberalismo? El neoliberalismo predica reducir impuestos y suprimir trámites burocráticos para estimular la economía. ¿Cuándo aplicamos acá el neoliberalismo? El neoliberalismo fomenta la competencia y condena los monopolios -públicos o privados-, ¿hemos vivido acá el neoliberalismo? El neoliberalismo privilegia la inversión directa y productiva por encima de la especulativa ¿Practicamos en neoliberalismo? De hecho los únicos rubros donde se permite el neoliberalismo son el ambulantaje y el narcotráfico: No pagan impuestos, no hacen papeleo, compiten a muerte, no cotizan en la bolsa y no les ha ido nada mal.