López Mateos nos trajo la luz; Calderón nos conduce a las tinieblas.
Tercera y última parte.
Roberto ESCAMILLA PÉREZ.
Hemos visto, pues, que la nacionalización de la industria eléctrica, y la creación de la CLyFC y de la CFE, así como la fundación de sindicatos como el SME, fueron parte de nuestro proceso revolucionario iniciado en 1910, inconcluso, traicionado y hoy abiertamente combatido desde dentro del gobierno por el Partido Acción Nacional (PAN).
También señalamos que con el pretexto, primero de la modernización, después de la globalización y ahora de la productividad, pero realmente debido a su afán incontrolable de lucro y poder, los diferentes grupos neoliberales, el PAN, los grandes empresarios, las trasnacionales, sus voceros y el imperialismo norteamericano, se han opuesto siempre a la Revolución Mexicana, y a toda obra o institución surgida de ella, como la industria eléctrica nacionalizada, por constituir un obstáculo para sus oscuros intereses.
La situación actual de la industria eléctrica
Una magnífica investigación de nuestro compañero periodista Eduardo Sánchez Rosado publicada en CRÓNICA de Campeche a finales del año pasado nos da una visión muy clara al respecto.
En ella, Sánchez Rosado nos dice que (el gobierno panista neoliberal) cerrará una gran cantidad de plantas generadoras de energía eléctrica y que para este año se erogarán 60 mil 182 millones de pesos para la adquisición de electricidad a productores externos (es decir, privados y extranjeros).
Así, agrega nuestro compañero, de un gasto programable total de 352 mil 171 millones de pesos para este año, la CFE canaliza 17 por ciento a productores de energía particulares, especialmente a compañías españolas que concentran la generación privada de electricidad en México.
Añade que la CFE generará energía eléctrica para el servicio público por un total de 169 mil 228.9 gigawatts hora (Gwh) y adquirirá de productores externos de energía 80 mil 23.8 Gwh.
Es decir, y este es un comentario nuestro: ¡El 47.3 por ciento de la energía eléctrica que utilizamos los mexicanos sale de generadores privados extranjeros! Y Calderón y el PAN insisten en que nada se está privatizando. ¡El colmo del cinismo y de la mentira!
Eduardo Sánchez explica que la estrategia gubernamental es continuar retirando plantas de energía eléctrica que considera ineficientes para abrir espacios a los productores de energía externos, “como medida para incrementar la eficiencia de producción”.
Nos informa igualmente que para este año “se pretende el retiro de las centrales de turbogas Nonoalco 1, 2, 3 y 4, y Lechería 1, 2, 3 y 4; la termoeléctrica convencional de ‘Felipe Carrillo Puerto’; la central de ciclo combinado Dos Bocas, Tabasco, en sus unidades 1, 2 y 5, y la termoeléctrica convencional de Lerma, en Campeche, en sus unidades 3 y 4, por considerar que operan con tecnología obsoleta”.
Y precisa que esta generación que será retirada, será suplida por el desarrollo de productores externos de energía, que continuarán avanzando en el suministro de electricidad en México.
Actualmente, las compañías españolas Ibredrola, Gas Natural y Unión Fenosa, son las principales beneficiadas de la privatización de la energía eléctrica en México.
Además, la petrolera Repsol, empresa intermediaria en la compra y venta de hidrocarburos, ocupa un lugar destacado como abastecedora de gas para las plantas de ciclo combinado privadas que operan en México, junto con la anglo-holandesa Shell y la estadunidense Sempra Energy, subraya por último Eduardo Sánchez, el estimado “Popeye”.
De la luz, a las tinieblas
Recordemos brevemente las razones que tuvo el gobierno revolucionario de López Mateos para nacionalizar la industria eléctrica:
1.- El monopolio eléctrico privado era un obstáculo para el desarrollo económico y social del país.
2.- Invertía únicamente donde tenía seguras sus ganancias, en zonas industriales y de elevados ingresos económicos, abandonando las comunidades rurales y las zonas urbanas pobres, dejándolas en las tinieblas.
3.- La explotación brutal, persecución y represión a la que eran sometidos sus trabajadores electricistas.
4.- Que este abuso y prepotencia llegó inclusive a ejercerse contra los gobiernos municipales, estatales y hasta contra el propio Gobierno Federal.
5.- Las tarifas extraordinariamente altas y con gran disparidad entre los precios pagados por los consumidores grandes, por un lado, y los pequeños, por el otro.
Entonces: ¿Avanzamos o retrocedemos? ¿Caminamos hacia la luz o hacia las tinieblas? Por lo que acabamos de leer, y que ocurría hace poco más de 100 años, nos parece que retrocedemos claramente, que caminamos a pasos agigantados hacia las tinieblas, y que el monopolio privado eléctrico está regresando y clama venganza.
Y si no lo creen, pregúntenos a los campechanos
En Campeche es ya parte de una tradición, de nuestro folclor, la prepotencia y cerrazón que han mostrado muchos de los altos funcionarios que ha tenido la CFE en el Estado y en los municipios, y de la poca o nula combatividad de los principales dirigentes del sindicato electricista.
A ellos, y al Gobierno Federal panista, se les ha olvidado que, como lo señaló López Mateos, la nacionalización de la industria eléctrica tuvo como propósitos “llevar a los hogares de todos los beneficios de la energía eléctrica y los de la industrialización… para que todos los beneficios sean para el pueblo y sólo para el pueblo”, y que en ella no habría “ni merinos ni ladrones”.
Tampoco recuerdan que “el objetivo principal de la CFE fue organizar y dirigir un sistema nacional de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, sin propósito de lucro y en beneficio del interés general”.
Como en los peores tiempos
Así, en Campeche, por obra y gracia del Gobierno de la República, sus funcionarios federales panistas, haciendo uso de todo el aparato de Estado, de todo tipo de artimañas legaloides, han llegado incluso a demandar y a encarcelar a campechanos que lo único que piden es que la industria eléctrica nacionalizada, que es de todos los mexicanos, cumpla sus propósitos históricos, y se maneje bien, con eficiencia, con honradez y sólo en beneficio del pueblo.
Además, amenazan con cortar la energía eléctrica a los miles (dicen) de morosos, incluyendo a gobiernos, y a instituciones y dependencias de todo tipo, haciéndolo no pocas veces, y si lo dudamos, preguntémosles a los carmelitas, a los de la ciudad y a los de comunidades como la Península de Atasta, o a los habitantes de Chiná, de este municipio de Campeche, donde cientos de personas se han quedado sin energía eléctrica, y hasta sin agua “potable” porque las bombas lógicamente dejan de funcionar.
Decenas de calificativos podíamos utilizar para definir la actitud de estos funcionarios federales panistas y nos quedaríamos cortos, porque estas acciones son, en primer lugar, violatorias de los derechos humanos básicos, además, ilegales (violatorias inclusive de leyes y convenios internacionales), injustas, prepotentes y constituyen una verdadera afrenta contra el pueblo mexicano, pero principalmente contra aquellos que, aparte de casi no tener para comer, se les corta un servicio tan indispensable por su “irresponsabilidad” de no pagarlo.
Los campechanos, y todos los mexicanos, deberíamos ir pensando en fincar responsabilidades al Gobierno Federal panista, y a sus delegados y funcionarios encargados de la electricidad, y también a los del servicio de agua potable, si, por ejemplo, algún bebé (o cualquier otra persona), en un hospital o en su hogar, fallece por una enfermedad motivada o agravada debido a la falta de energía eléctrica o de agua “potable”, producto de un corte de estos servicios ordenado por algún “servidor público”, y así en muchos otros casos, como robos, asaltos y accidentes facilitados por esta misma causa.
Algunos de los cientos de casos en el país
Como algunos ejemplos de esta grave situación podemos señalar el caso del corte de electricidad que, por “adeudos”, realizó la CFE en escuelas de Educación Básica en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en junio del 2011; en Quechultenango, Ayutla de los Libres y Tecoanapa, municipios de Guerrero, abril 2011; Fraccionamiento Antorcha Vivah, Tapachula Chiapas, junio del 2011; Palacio Municipal de Minatitlán, Veracruz, marzo del 2011; colonias Casa Blanca y Atasta, Villahermosa, Tabasco, junio del 2011.
A la Presidencia Municipal de Múzquiz, Coahuila, junio del 2009; a cientos de habitantes de comunidades indígenas de Huauchinango, Puebla, como Tenohuatlán, Tepetzintla, Ozomatlán y Ayohuizcuautla, en junio del 2011; Palacio Municipal de Pichucalco, Chiapas, en septiembre del 2010; a 40 mil personas se dejó sin luz y sin agua en el municipio de Abasolo, Guanajuato, en agosto del 2010.
A unos 15 mil habitantes de Coquimatlán y Pueblo Juárez, Colima, sin luz y sin agua, el 24 de diciembre del 2010; a “Nicolás Ruiz”, Chiapas, en junio del 2006; a la Comisaría Ejidal de Coyuca de Benítez e Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG), en Guerrero, en diciembre del 2009.
A 18 municipios de Hidalgo, entre ellos Actopan, Tizayuca, Zempoala, Zapotlán y Tulancingo, y a la Universidad Politécnica de Pachuca, sin luz ni agua, en mayo del 2011; a 14 Institutos de Difusión Técnica y ocho planteles de Telebachillerato, sin agua ni luz, en Nacajuca, Tabasco, en marzo del 2011.
La luz debe regresar a México
Por todo lo anterior decimos que Calderón y el PAN nos conducen a las tinieblas, en el más amplio y estricto sentido de la palabra, y para evitarlo nuestro deber es organizarnos y actuar en defensa de los intereses del pueblo y de la nación, en todos los frentes y por todos los medios pacíficos a nuestro alcance, ya, desde ayer, desde hoy y todos los días.
No esperemos al 2012 pues antes habrá elecciones en otros estados de la República, donde la consigna deberá seguir siendo “Ni un solo voto al PAN ni al resto de neoliberales”, porque sus más encumbrados líderes, por su manera de actuar, de pensar y por el programa que proponen, son en verdad seres tenebrosos, de las tinieblas.
Correo electrónico: a_babor@hotmail.com
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