sábado, 9 de febrero de 2013

Las reformas estructurales y otras fábulas


Por Roberto ESCAMILLA PÉREZ.
 
Desde hace ya más de 12 años, especialmente durante los gobiernos panistas de Fox y Calderón, los neoliberales de dentro y de fuera del gobierno, siguiendo las instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y de otros organismos al servicio del imperialismo norteamericano como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), presidida por José Ángel Gurría Treviño, secretario de Hacienda durante el gobierno de Zedillo, han insistido hasta el cansancio en la necesidad de aprobar lo que ellos llaman las “reformas estructurales”, a su entender necesarias para el desarrollo del país, para la creación de empleos, para el aumento de la productividad y la competitividad de nuestra economía, y para incrementar los ingresos de los mexicanos.
 
Las reformas estructurales desde el punto de vista neoliberal
 
Cuando el Partido (de) Acción Nacional (PAN), el gobierno y su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), la gran burguesía nacional, el clero político y grupos de derecha como “Los Chuchos”, hablan de “reformas estructurales”, el pueblo debe ponerse en alerta porque para ellos significa privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la educación pública y la Seguridad Social.
Además, como ya vimos con la recientemente aprobada reforma laboral, significa arrebatar a los trabajadores conquistas logradas durante largos años de lucha y plasmadas en el artículo 123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo (LFT), o, con la reforma educativa, dejar en la indefensión total a los maestros ante un organismo estatal que determinará unilateralmente quién es “apto” para mantener su plaza y continuar en el sistema público de enseñanza, y dejar a los padres de familia, maestros y directores la responsabilidad del mantenimiento de los planteles escolares.
Cuando los neoliberales hablan de reformas estructurales no piensan, pues, en el pueblo de México, piensan solamente en asegurar las inversiones e incrementar las ganancias de los grandes empresarios nacionales y extranjeros, porque a ellos sirven.
Igualmente, cuando piensan en una reforma hacendaria o fiscal significa más impuestos para el pueblo, en medicinas y alimentos, por ejemplo, y terrorismo fiscal en contra de los que menos tienen, o sea, contra los trabajadores, y pequeños y medianos comerciantes e industriales mexicanos, para que México se consolide como un paraíso fiscal para los especuladores, acaparadores y hambreadores del pueblo, para las trasnacionales y la gran burguesía nacional, que se llevan nuestros recursos naturales y financieros al extranjero.
 
Otras fábulas
 
Así, la necesidad de las reformas estructurales es solamente una vieja fábula para entretener y engañar inocentes, como lo fue en su momento la de “vender bienes para remediar males”, puesta en práctica por Salinas de Gortari al subastar una gran cantidad de empresas y bienes del Estado que pararon en manos de extranjeros y de algunos ricos mexicanos como Carlos Slim, al hacerse de la propiedad de Teléfonos de México (TELMEX).
Y otros gobiernos neoliberales siguieron con las suyas, vendiéndonos ideas como que el “Estado obeso” es inútil y mal administrador, que el Tratado de Libre Comercio (TLC) nos conduciría al primer mundo, que la “ciudadanización” de los organismos y procesos electorales permitiría tener unas elecciones limpias y democráticas, y que la alternancia en el poder nos conducirá a la democracia, entre muchas otras.
 
La verdad detrás de las fábulas
 
Sin embargo, si vemos de cerca y detenidamente las cosas, en realidad las “reformas estructurales”, y en general las tesis neoliberales, se han aplicado paulatinamente desde hace ya más de 30 años, violando todas las leyes, principalmente la Constitución de la República, pero sin los resultados que se le han prometido al pueblo, sino con efectos funestos para éste y para la nación.
¿No acaso ya se reformaron los artículos 3º, 27, 123, 130 y muchos otros al gusto de los neoliberales? ¿No acaso se vendieron ya miles de empresas del Estado? ¿No se firmó y se aplica plenamente ya el TLC? ¿No es ya el Estado mexicano débil? ¿No es verdad que se están privatizando aceleradamente PEMEX, la CFE, la educación pública y la Seguridad Social, y que desapareció la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC)? ¿No están ya ciudadanizadas las instituciones electorales? ¿No es ya una realidad la alternancia en el poder?
Es decir, las reformas estructurales neoliberales se están aplicando realmente, aunque de manera ilegal, desde hace ya más de 30 años, pero sin los resultados que ha prometido desde siempre la derecha de dentro y de fuera del gobierno, como el remediar “males”, logar la eficiencia del Estado, el aumento de nuestra competitividad y productividad, el fortalecimiento de nuestra industria y economía para llevarnos al “primer mundo”, el mejoramiento del nivel de vida del pueblo, elecciones limpias, el respeto al voto y la democracia.
En realidad entonces, lo que la derecha pretende con sus reformas estructurales es ir hasta el fondo en estos cambios, hacer legales las violaciones cometidas a la Constitución de la República y hacerlos irreversibles, condenando así a las futuras generaciones de mexicanos a vivir en un sistema en el que el subdesarrollo, la miseria, el desempleo, el analfabetismo, la ignorancia, la desnutrición, las injusticias, la violencia, la inseguridad, la impunidad, la corrupción, la injusta distribución de la riqueza y el miedo, sean el pan de cada día, lo que las fuerzas democráticas y progresistas del país no debemos permitir. 
 
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Peritaje de la explosión en la Torre de PEMEX
 
Autor material e intelectual: Los Privatizadores.
Móvil: Pretexto para continuar privatizando.
 
¿Cuántas tragedias tendrán que ocurrir hasta darnos cuenta de que hechos como el de la guardería ABC de Sonora, los accidentes fatales en las plataformas y barcazas petroleras en la Sonda de Campeche, y el de la Torre de PEMEX, se deben a que las privatizaciones traen como consecuencia, entre otras muchas cosas, graves riesgos para la vida de miles de trabajadores y de personas inocentes, al relajarse, por el afán de lucro, las labores de mantenimiento, y los sistemas y normas de seguridad?
Para nadie es un secreto que en PEMEX, en la CFE y en las instituciones de Seguridad Social se concesionan cada vez más áreas a la iniciativa privada nacional y extranjera, como el mantenimiento, los medicamentos, la vigilancia, la limpieza, los servicios de lavandería, de alimentación y de transporte, entre muchos otros, lo que baja los estándares de seguridad y eficiencia, y pone en riesgo la vida de todos: de trabajadores, de usuarios y de clientes de dichas empresas e instituciones. ¿Hasta cuándo?
Correo electrónico: a_babor@hotmail.com

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