El de Rusia contra
los EE. UU., la OTAN, la Unión Europea y el gobierno neonazi de Ucrania, un conflicto
bélico complejo en el que no caben explicaciones simplistas, pero que requiere
de soluciones urgentes
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partido marxista-leninista no se puede quedar en el análisis general, aunque
cierto y científico, pero simplista, señalando que la guerra entre Rusia y
Ucrania se trata de una intervención de un país capitalista desarrollado contra
otro subdesarrollado (el más pobre y con el gobierno más corrupto de Europa), o
que es una guerra entre dos países imperialistas, o, para ser más exactos,
entre uno contra varios, es decir, entre Rusia contra los EEUU y la Unión
Europea en su conjunto, que cuentan con un instrumento de agresión e
intervención como lo es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
o a final de cuentas decir simplemente que se trata de una guerra
interimperialista, y condenar a todos los bandos por igual, porque eso sería,
además de antidialéctico, una verdad parcial y, lo más grave, podríamos caer en
el juego de la potencia imperialista más criminal de la historia de la humanidad,
hegemónica aún, lo que en la práctica nos colocaría en una posición contraria a
los intereses de la clase obrera mundial y de las fuerzas que en sus
respectivos países luchan por el socialismo, por la independencia de sus
naciones, y por la paz y el progreso social.
En
primer término, reiteramos la validez, vigencia y certeza de los conceptos
vertidos en la “Declaración política del PPS-APNPS en torno al conflicto entre
Rusia, Ucrania, la OTAN, la Unión Europea y los EE. UU.”, que aquí se publica y
que se difundió ampliamente entre nuestra militancia y el pueblo mexicano unos
pocos días después de iniciado el conflicto.
Reafirmando
esa nuestra postura inicial, y dado el desarrollo y agudización del conflicto
bélico, en esta ocasión deseamos dejar claro que el PPS-APNPS no aplaude la
invasión rusa a territorio ucraniano, como no podemos alegrarnos por ninguna
guerra en ninguna parte del mundo, pero aseguramos que el gobierno ruso fue
orillado a realizar una incursión militar a territorio ucraniano debido al
cerco cada vez más cerrado que los EEUU, la OTAN y la Unión Europea construyen
a su alrededor, con bases militares, misiles y ojivas nucleares (cerca de 400
según datos del 2015) y con gobiernos afines a sus intereses, como el neonazi
de Ucrania, que es fruto de una larga intervención de dichas potencias
extranjeras en los asuntos internos de ese país y de los crímenes llevados a
cabo por el gobierno de Zelenski, y anteriores, en contra de sus habitantes de
origen ruso, contra las provincias de Donetsk y Lugansk, además de su tendencia
a alinearse a los intereses del imperialismo norteamericano en la región.
Afirmamos
enfáticamente y sin lugar a dudas que el imperialismo norteamericano y sus
socios tienen tanta o más responsabilidad en esta guerra que la que se le
podría achacar al gobierno ruso, que durante muchos años insistió en llegar a
acuerdos para evitarla encontrándose con la indiferencia de las contrapartes,
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la inmensa mayoría de los
gobiernos del mundo.
Reconocemos,
pese a la tragedia que constituye cualquier guerra, la voluntad del gobierno
ruso al diálogo, su iniciativa unilateral de declarar altos al fuego para abrir
corredores humanitarios que permitan a los civiles abandonar las zonas de
combate y su afán de evitar lo más posible la muerte de civiles y destrucción
de bienes materiales, actitudes que no son gratuitas ni atribuibles solo al
gobierno de Putin, sino que se explican principalmente porque el actual
ejército ruso conserva parte del honor, moral y tradición revolucionaria y
humanista legada por el heroico Ejército Rojo de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), que liberó al mundo del desquiciado Adolfo
Hitler, instrumento de la oligarquía alemana que en sus delirios alguna vez
soñó con esclavizar a la humanidad entera.
Además,
a diferencia de la invasión rusa, las decenas llevadas a cabo por los EE. UU.
en su historia son claras guerras colonialistas que carecen de razón y justificación
alguna, y cuyos únicos propósitos han sido mantener su dominio mundial, saquear
las riquezas de pueblos y países independientes, e imponer gobiernos títeres,
de derecha, incondicionales, obedientes y completamente entregados a los
intereses del imperialismo norteamericano.
Por
todo lo anterior exigimos el inmediato restablecimiento de la paz en la región
con base al respeto a la seguridad de Rusia, el levantamiento de todo tipo de
sanciones a este país que ya afectan a todos los pueblos del mundo, el cese de
toda intervención extranjera en Ucrania, el repliegue de la OTAN de la zona, el
compromiso claro y tácito por parte de los involucrados de no utilizar sus
armas nucleares, el respeto a la independencia de las repúblicas populares de
Donetsk y Lugansk, y poner un alto a la represión que el gobierno ucraniano
ejerce en contra de la población de ascendencia rusa, contra los partidos
comunistas y sus organizaciones juveniles, y contra todas las fuerzas
progresistas, así como demandamos la desaparición de las organizaciones
neonazis que reprimen al pueblo y cometen crímenes a diario con la complicidad
del gobierno de Volodimir Zelenski.
A
la vez condenamos los graves atentados a la libertad de expresión e información
cometidos por el imperialismo norteamericano, sus aliados europeos y los
monopolios de la información a su servicio, tanto tradicionales como digitales,
al prohibir la difusión de noticias por parte de medios de comunicación rusos
como RT y Sputnik, y la “rusofobia” que han generado, llegando a extremos tan
absurdos y peligrosos como la prohibición de difundir clásicos rusos de la
literatura y de la música, o proponer derribar estatuas o monumentos dedicados
a los mismos en diferentes países de Europa y del mundo, acciones de claro
tinte fascistoide.
Nuestro
partido expresa una vez más su solidaridad con los pueblos de Rusia y Ucrania,
y defiende su derecho a vivir en paz, y manifestamos nuestra solidaridad
también con los partidos comunistas, socialistas, marxistas-leninistas y
obreros de ambos países, y exige el respeto a su derecho a la participación
política-electoral, y a la libre expresión y manifestación de sus ideas.
Por
último, afirmamos de manera contundente que solo el socialismo podrá acabar
para siempre con las guerras y con el peligro que representa para la existencia
de la humanidad el capitalismo con sus armas de destrucción masiva, atómicas,
bacteriológicas y químicas.
Dirección Nacional del Partido Popular
Socialista:
Manuel
Fernández Flores.
Secretario
General.
Luis Alfonso Jiménez Osuna.
Secretario
de Organización.
Secretaria
de Finanzas.
Irma
Cisneros Chávez,
Secretario
de Relaciones.
José
Abel Ogaz Pierce.
Secretaria
de Política Sindical.
María
Elena Oliva Jiménez.
Secretario
de Educación Política.
Sergio
Morales Carmona.
Secretario
de Política Electoral.
Nicasio
Monreal Cigarroa.
Secretario
de Política de Masas.
Cosme
Mercado Téllez.
Roberto
Pío Mote Arroyo.
Secretario
de Propaganda.
Roberto
Escamilla Pérez.
Secretario
de Prensa.
Correo electrónico: ppsdn2003yahoo.com.mx
Teléfono: 55-52-64-24-52